Ha fallecido Andrés Cabrerizo, uno de los últimos gaiteros de la vieja escuela.
Agricultor y ganadero, pero ante todo era músico. Desde muy joven acompañó a los convecinos del Coto Redondo con sus notas de dulzaina en los bailes que preparaban los días festivos. Cualquier ocasión era buena para «sacar la gaita» y prepararla, él siempre estaba dispuesto.
Le podía tanto la afición que hasta hace dos meses, a pesar de la dificultad que tenía para mantenerse erguido, ha seguido con la «pipa en la boca», tocando sentado porque era imposible tocar y andar con la «cayá» al mismo tiempo.
Gaitero del Grupo de Danzas de Navas del Pinar(Burgos) y de San Leonardo de Yagüe, compañero de mi padre Fermín, de Bene en sus tiempos mozos, mío desde que tengo uso de razón, de Vicente e Iván, ha recorrido multitud de pueblos, ha acudido a fiestas, bodas, certámenes, romerías, repartiendo música, hasta en Alemania ha dejado sus sones de gaita.
Se ha cerrado una Enciclopedia y no se abrirá jamás, pero nos queda en el recuerdo ese plus, ese poso que Andrés nos ha dejado a todos los que hemos compartido su vida.
Descanse en Paz como ha vivido, Andrés.