En mi recuerdo
Mi último adiós, abuelo,
no son palabras,
ni son versos,
son páginas y páginas
de recuerdos.
Te fuiste,
te dejaste llevar,
y desde el cielo
planeas,
como ave que mantiene su vuelo.
Jamás te irás,
siempre estarás en mi recuerdo;
siempre vendrán a mí
tus gestos,
tus risas con tus bromas,
y tus cuentos,
los que nos contabas,
los que quedan en la memoria.
Lo que daría por otra historia
escuchar,
y de regalo un poema,
de los que hablan de belleza,
hermosa naturaleza,
melodiosa estrofa.
Mi último adiós, abuelo,
no es esto, esto es pequeño,
es lo que queda en mi corazón,
es lo que tengo en mi recuerdo.
Toreando
Nunca hay techo para ser feliz
ni para estar triste,
nunca hay excusas para decir
“lo conseguiste”.
Siempre queremos
paz y amor, y cada día
debemos torear
la melancolía.
Vacío, llevo la soledad de perro guardián.
Mudo. Camino silencioso.
Me detengo en cada nube
por si te encuentro.
Río. Lloro y río.
Recorro mi sendero,
de charco en charco,
por si te veo,
para darte mis ilusiones.
Te encuentro.
Me sonríes, pero me niegas.
Te ríes, pero no estamos de acuerdo.
Me dejas, tú sigues.
Te sonrío, pero lloro.
Apaga
Cuento los pasos que
doy en mis sueños,
las sonrisas que gasto,
las miradas que pierdo,
las noches que ocupas
mis pensamientos.
Cuento los pétalos
de la rosa de los vientos,
rosa de verdades,
nacida del cielo,
que me da esperanzas hoy
y que mañana las pierdo.
Duermo y desvanezco en ti.
Creo verme en tu regazo,
apoyado en tu cuerpo,
recibiendo cariño
de tus brazos,
amor de tu corazón,
descifrando de cada beso
una canción
que me cantas a la luz
de tu mirada.
Apaga esta noche las estrellas,
incluso la luna bella,
que contigo me es suficiente.
De Color Primavera
Tú, que en cada suspiro
dejas colgando de un hilo
un alma de noches en vela.
Dama de color de las hojas,
que con tu canto
nublas el llanto
y las penas ahogas.
Dama de color de la rareza.
Invítame a dormir acurrucados,
a vivir en tu pereza,
a mirar en el espejo
de tu alma,
y jamás salir de tu cabeza.
Dime qué esperas,
de qué color es la sangre
que corre por tus venas.
Bésame princesa,
y olvídate del fosco mundo.
Bésame y hazme sentir
que me llevas hasta el cielo,
las nubes, la luna llena.
Bésame sin piedad.
Bésame, Dama de color Primavera.