Feliz Año Nuevo

Hoy me he levantado a primera hora para disfrutar sin prisa de la serenidad del primer día del año. He salido fuera y he respirado con fuerza el aire limpio del amanecer como si lo estuviéramos estrenando nuevo.

Ya no nieva como cuando de niños despertábamos por la mañana con la nieve en los tejados, en el suelo y en todo el campo hasta donde la tierra cubierta de nieve parecía juntarse con el azul del cielo.

Algunas veces íbamos a pedir el aguinaldo pisando la nieve de las calles, y volvíamos arrecidos de frío con las cestas llenas de mandarinas, guirlaches y caramelos a calentarnos las manos casi amoratadas al calor de la lumbre.

Me quedo pensando un rato en los días más negros de La pandemia que ha pegado en el pueblo sin miramientos, pero no queda otro remedio que sobreponernos y seguir adelante.

Pronto empezarán a alargarse las horas del día y tendrán más fuerza los rayos de sol.

Pasando unas semanas florecerán los almendros. Reverdecerán los trigos en las tierras de labor. Los chopos de los plantíos se cubrirán de hojas verdes y de pájaros recién salidos del nido. Pronto habrá que sembrar la cebada y las avenas, y preparar los huertos para los semilleros de la hortaliza. Pronto volverán a salir las margaritas entre la hierba, y volverán a verse corderos pequeños entre las ovejas careando por cualquier pradera.

Esperemos que la enfermedad que nos ha enseñado su peor cara aparte su virulencia de nosotros, y que el nuevo año sea generoso con todos, permitiendo que nuestros mejores sueños se hagan realidad en el 2021. Si ponemos todo lo que esté de nuestra parte, seguro que vamos a alcanzarlo.

Feliz año para todos.

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