Antes de comentar las costumbres o forma de celebrar las fiestas patronales, en nuestros pueblos, voy a recordar las magnificas jornadas de oficios perdidos que el año pasado tuvimos durante dos días en el mes de agosto.
El tiempo pasa muy rápido, parece mentira.
En los días 11 y 12 de agosto, desbordando todas las previsiones, fue un éxito total, además se rindió un homenaje a título póstumo al Ilustre Sacerdote D. Juan José De Pablo Romero, promotor para que los colonos compraran sus fincas y sus casas al Conde Adanero, en el año 1924. Sirvieron para dar a conocer a los mas jóvenes cómo se trabajaba, cómo se divertían y como se vivía. Ese fue el motivo principal de aquellas jornadas de Oficios perdidos y nuestro folclore en los cuatro pueblos del Coto Redondo. Por medio de estas líneas vuelvo a dar las gracias a la comisión organizadora, al ayuntamiento y a cuantos colaboraron en las mismas.
Los que ya tenemos arrugas, peinamos canas he incluso somos donantes de pelo, en el buen sentido de la palabra, compartimos con los jóvenes las nuevas fechas de las fiestas patronales de nuestros pueblos. Los jóvenes siempre tienen ideas nuevas y ganas de pasarlo bien, afortunadamente ahora son mas participativas, ayudan y aportan ideas a los alcaldes y al ayuntamiento, para organizar conciertos, juegos, participativos, y otros actos lúdicos para disfrute de los niños, jóvenes y mayores
Con la despoblación del mundo rural hacia las grandes ciudades, todos los años se vuelve en estos meses de verano a pasar las vacaciones a nuestros pueblos. Estamos encantados de que se celebren en verano, así participan todos los visitantes y los residentes.
Con estas l íneas, voy a contaros cómo celebrábamos las fiestas mediado el siglo XX y alguna década después
En nuestros pueblos, donde escaseaba casi todo, se preparaban las fiestas patronales con mucha ilusión, por parte de la juventud y gran esmero de los mayores, para que todo saliera bien, las señoras limpiando las casas, poniéndolas en estado de revista, jalbegando las paredes , es decir blanqueándolas de forma ancestral, como lo hacían ,nuestras abuelas, no había pinturas químicas, quizá en alguna casa usaban cal, estas serían muy pocas, se podrían contar con los dedos de una mano, se blanqueaban con jalbegue. Se compraba en Santamaría de las Hoyas, mejor dicho la venían a vender o a cambiarla en forma de trueque, por alubias, patatas también, con paja de avena, trigo, encañadura de centeno que se empleaba para hacer vencejos y atar lo segado, cereal hierba y gavillas de leña etcétera.
Empezaban los preparativos unos meses antes, pensando en criar los pollos que se sacrificarían para las comidas y cenas de la fiesta, había que echar alguna gallina Culeca para que encubara 18 o 20 huevos durante ventiún días para que los pollos, vieran por primera vez la luz, pasados unos meses, ya grandecitos y estaban listos para ser sacrificados y ser uno de los platos favoritos en las fiestas.
Los niños, jóvenes y mayores, esperábamos la fiesta del pueblo, y de los limítrofes, como agua de mayo, un año esperando para celebrarla con alegría, las mozas lucían sus mejores galas, casi todas estrenaban vestidos, faldas blusas, abrigos, dependiendo de la estación, medias y zapatos. Las madres acompañaban a sus hijas a comprar las telas y buscar modistas para su confección. Los mozos también estrenaban ropa nueva, que solía ser chaquetas y pantalones de pana, años después llegaron los de tergal, también confeccionaban los sastres las camisas para los hombres, alpargatas, sandalias y zapatos.
Las mujeres blanqueaban las casas, como he comentado antes con jalbegue, pintaban algunos muebles, ventanas etcétera. Limpiaban hasta el rincón mas escondido, dejando todo mas limpio y reluciente que el oro.
Unos meses antes, los mozos se reunían y nombraban a dos de ellos para ir ajustar los gaiteros, orquesta, así lo llamábamos la contratación.
En aquellos años solían tocar en las fiestas, mis tíos Florencio y Felix gaiteros con el Sr. Domingo le sustituyo su hijo Eulogio y el Sr. Hipólito estos señores de Fuencaliente que tocaban el tambor. Con anterioridad había otros gaiteros, los Gatos de Fuentearmegil y los Cabrerizos. Yo no les llegué a conocer. Sí a otros gaiteros de Fuencaliente.
Años después llegaron otros músicos amenizar nuestras fiestas, venían de San Esteban Matanza y Villálvaro. éstos tocaban El Clarinete, Saxofón, Caja y Batería, me parece que les llamaban Chelines, después vinieron los de Alcubilla de Abellaneda la orquesta de moda, se llamaban los Marines. La componían los hermanos Alejo que tocaba el Clarinete, Julián la Trompeta, Paco la Batería y el Sr. Justo de Santa Maria de las Hoyas, el Acordeón. Eran muy famosos en aquella época en toda la comarca y en toda la provincia.
Los mozos eran los que pagaban a escote la música. Todos estaban obligados a pagar, la música, más los gastos de alojamiento y manutención. La víspera se volvían a reunir para sortear donde tenía que ir cada músico a cenar la víspera y las seis comidas de los días siguientes. En esta reunión se nombraba a los mozos para alzar del patrón o patrona, llevar el pendón y estandarte, en la procesión y los que tenían que bailar delante con los gaiteros o los músicos. Al anochecer se daba una ronda por el pueblo con lanzamiento de cohetes. Algunos años se iba a la iglesia a cantar las vísperas.
Comenzaba el día de la fiesta con los músicos dando una ronda, estaban obligados a asistir todos los mozos, para ir a tocar las dianas, a las casas del Sr. Alcalde, Teniente de Alcalde, Juez Cura Párroco, estos les obsequiaban, con copas de Aguardiente, Anís, Ron, Vino Dulce, Rosquillas, Torta Roja, Magdalenas, Sobadillos, Galletas etcétera, después se iba almorzar y a vestirse con las mejores ropas, esperando el volteo de campanas para dar comienzo los actos religiosos. Los mozos con los músicos vuelven con otra ronda a buscar al Sr. alcalde y teniente de alcalde con la pareja de la guardia civil que siempre asistían, que les acompañaban hasta la iglesia. Allí les esperaba el Sacerdote y un Padre predicador. Solía venir un Carmelita del Burgo, un Padre del Corazón de María de Aranda de Duero, o algún cura de los pueblos cercanos.
Una vez revestidos con los ornamentos Capa Fluvial esta es Roja ,si patrón es mártir, Azul o Blanca si la patrona es virgen o santa, se iniciaba la procesión, por el recorrido de costumbre, portando la Cruz Parroquial un señor mayor, el Pendón, y el Estandarte dos mozos otros cuatro portaban las Andas con el Patrón o Patrona a esta la solían portar las mozas, ya iniciada la procesión varias parejas de mozos y alguna pareja de hombres casados, bailaban la jota delante del patrón, siempre dando la cara al santo, nunca la espalda, había varios descansos en estos, se daban vivas al patrón, al párroco, al padre predicador y al acompañamiento. Al finalizar, en la puerta de la Iglesia se hace una parada, se subastan o rematan los Bandos, los rematantes dan ciertas cantidades de dinero para entrar a hombros al patrón o patrona a la iglesia, las aportaciones económicas para la conservación y comprar cosas útiles para la parroquia, con volteo de las campanas, instalarlo junto al Altar Mayor. El párroco se despojaba de la capa y se revestía con la casulla apropiada.
La misa era cantada por el Sacerdote Celebrante y el Sacristán desde el coro, los cánticos, la epístola, el evangelio y el paternóster, eran en latín, solo el sermón del predicador era en castellano, las misas se celebraban de esta manera, hasta la celebración del Concilio Vaticano II que cambió por completo la liturgia de la iglesia, del Latín se pasó a la lengua castellana años después.
Terminada la misa se volvía a iniciar otra ronda con los músicos y mozos, para acompañar al alcalde hasta su casa, este obsequiaba con unos porrones de vinos a los mozos, y a los sacerdotes y autoridades les servían unas copas acompañadas con pastas, magdalenas, rosquillas, sobadillos, y la tradicional torta roja. De nuevo los músicos volvían tocando para finalizar en la plaza. Allí se hacían cargo de los músicos los mozos que les tenían que dar de comer y se daban por terminados los primeros actos de la mañana, todos a comer la espléndida comida que las amas de casa estaban cocinando. Solía venir un matrimonio, se llamaba Perfecto se dedicaba a asar cuartos de cordero, que llevaban los interesados, pagando por asarlos. Los asaba en uno de los hornos que se cocía el pan y la repostería. Este matrimonio les llamábamos los confiteros, por la tarde ponían un puesto de venta de confitería y de petardos. Los últimos años que estuve en fiestas antes de emigrar recuerdo que vinieron con un carrito pequeño con barquitos y helados, una delicia para aquellos años
Todos queríamos que llegara, para bailar, para comer y cenar bien. Las comidas y cenas eran extraordinarias, en todas las casa no faltaban las famosas paellas, ho cocido, los pollos, gallinas, conejos, liebre, cordero y oveja según la estación de la fiesta, los postres y los dulces, los cafés, estos, no era de importación, se hacia con achicoria, malta, y con cebada tostada, se molía para hacerlo en un puchero de barro, se tomaba acompañado de licores: Anís, Aguardiente, Coñac, ecetera. Años más tarde ya llegó el café auténtico, con unas largas y buenas sobremesas.
Así llegamos a las seis o siete de la tarde, que empezaba el Baile en los lugares de costumbre, hasta las 22 horas para cenar. En las cenas no había ni paellas ni cocidos, eran a base de carnes, bacalao y algún pescado con sus postres y demás componendas. Una vez terminada, volvía a salir el baile hasta altas horas de la madrugada.
El segundo día de fiesta comenzaba lo mismo que el primer día, los mozos con los músicos van de ronda para dar las dianas al Sr. alcalde, que les invitaba como el día anterior a copas y repostería casera e industrial. Una vez terminada se volvía la ronda para acabar en la plaza. Los músicos iban con los mozos de turno a almorzar a sus casas y esperando la ora de misa, para volver otra vez de ronda para ir a buscar al alcalde y acompañarle hasta la iglesia.
La misa se celebraba por los Difuntos del pueblo. La misa de Difuntos, no pegaba nada en fiestas pero las costumbres eran esas. Los ornamentos eran negros, los cánticos, las lecturas eran en latín. Daban ganas de llorar. Un ejemplo, comenzaba la misa con este cántico:
Réquiem Eterna Donaréis Domine, Et Luz Perpetua Luceacei.
Terminada la misa se volvía de nuevo de ronda a casa del alcalde con los mismos actos que el día anterior, pero con un cambio los músicos tocaban un rato de baile hasta la ora de comer. Después de una larga sobremesa se jugaba a la Tuta , y a la misma ora que el primer día. Volvía el baile hasta la ora de la cena, y terminaban las fiestas a altas horas de la madrugada. Era una repetición de año a año. Las costumbres o manera de celebrar las fiestas en los cuatro pueblos eran parecidas, los programas se sabían desde el año anterior.
Para terminar voy a dar las fechas y el santoral de nuestras fiestas.
En Fuentearmegil celebraban dos fiestas como ahora. Santa Isabel el 2 de Julio y San Andrés Apóstol el 30 de noviembre.
Fuencaliente también tenían y tiene otras dos fiestas. 12 de octubre celebraban la Virgen del Pilar y el 8 de diciembre La Purísima Concepción, dudo si es la Virgen del Valle.
Zayuelas celebran la fiesta Delvoto que es el primer lunes después de la Cruz de Mayo, con gran devoción, sale el Cristo en procesión, se subastan los bandos, y se bendicen los campos desde las eras, otra fiesta es La Octava del Sr. que es el domingo siguiente a la Fiesta del Corpus Cristy y la fiesta es la Magdalena el 22 de julio.
Santervás solo tiene una fiesta, San Gervasio Mártir, 19 de junio. En el Siglo XIX se celebraba en su día, pero en el XX durante 70 años o más, lo festejábamos el 19 de septiembre. Ahora se celebra el 19 de Agosto.
Antes de terminar, hago un llamamiento a todos los que un ya lejano año, nos marchamos, que volvamos todos al pueblo donde vimos por primera vez la luz, con nuestros hijos y descendientes, para gozar de la tranquilidad y disfrutar de las fiestas.
Feliz verano y Felices Fiestas para todos.
De este que quiere lo mejor para todos de nuestros pueblos del Coto Redondo.