La Voz del Pueblo

Hoy día, las nuevas generaciones
muchas cosas, no las han vivido.
Aquellas lejanas y primitivas funciones
que para entenderse, era con un silbido.

Por mediación de un cuerno de buey
el alguacil del pueblo, hacia un pregón
y los vecinos, acudían a la casa-pueblo para saber
todo lo que el alcalde les diría, con una clara explicación.

Pasados unos años, tal anuncio, lo hacían con corneta.
Aquello fue un adelanto y menos complicado.
Claro, también habían de explicar el anunciado tema
pero de momento, la modernidad al pueblo ha entrado.

“El Vaquero” para reunir por la mañana a la vacada
seguía haciendo el toque, con el cuerno de buey
y los vecinos, sus animales confiados soltaban
para que durante el día pudieran pacer.

Los bueyes en el tiempo del caluroso verano
reposaban a pleno sol en el famoso “Sestil”
que era un montículo un tanto pelado
con algún enebro, para que el vaquero pudiera dormir.

Otro instrumento para hacer la matinal llamada
era la Zumba, un gran y sonoroso cencerro.
Así el cabrero o cabrera reunía toda su manada
y la llevaba a pacer por las praderas a campo abierto.

Al atardecer, volvían cada cual a su lugar
y ninguno se equivocaba de su procedimiento
esperando que su amo les diera un buen manjar
que a cambio recibiría, su nutrida leche, gran sustento.

Para que andara una caballería, le decían… “Arre”
y para que parara, escucharía la palabra… “So…so”.
El animal quedaba parado, hasta que el amo hable
siempre atento a escuchar un “Arre”, con cariñosa voz.

Las gallinas, rondaban a sus anchas por las calles
durante todo el día, de aquí para allá, hasta el anochecer
pero si escuchaban el “Pul-pul” o “Pirá-pirá”
al momento las tenían al portal para comer.

Y no dejaban en el suelo, ni el más pequeño grano
inspeccionando hasta el más escondido rincón
pero, cuando se alborotaban y molestaban al amo…
al oír un “Asás, asás”, iban hacia la calle, hasta la puesta del sol.

Ninguna se equivocaba y a dormir al gallinero
eso sí, tenían un fácil despertar, son madrugadoras
y después de haber puesto su diario huevo…
unas detrás de otra, comienzan el día en grupo o solas.

El perro: Este animal fiel amigo del hombre toda su vida,
que para llamarle se le decía…”Tova…Tova…Tova”.
corriendo llegaba y con dulce mirada respondía
que sentado esperaba por si el amo le ofrecía algo para su boca.

Y la palabra” Tuso”… era para que marchase
vocabulario que este fiel animal entendía a la primera
esperando que pronto le llamará y volverá a acariciarle
con un nuevo “Tova…Tova” y la clásica voz zalamera.

Esto me va recordando, que soy una persona antigua
y en mí, los años de uno a uno van pasando
a mi memoria muchas costumbres de un pasado se acumulan
y con buena voluntad a la juventud puedo explicarlo.

Dejaré algo para poder seguir otro día
ya que lo poco gusta y lo mucho cansa.
La amistad procura siempre acercar la lejanía
para escuchar a un fiel seguidor del Coto Redondo… su palabra.

Yo vivo con la esperanza de vernos todo el grupo algún día
bien sea por un hermoso milagro o una ocasión.
Seria para mí, como una explosión de alegría
y dejaría de sentirme solitario. Esto, lo deseo de corazón.

Un comentario

  1. Tomás!!!
    Soy la hija de Primi, mi infancia está llena de recuerdos de Igualada, de vosotros, de los «chupetes» que era el agua congelada que prendía de la ropa tendida.
    Gracias, gracias, gracias por tus recuerdos tan bien escritos.
    Os echo de menos.

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