El primer cuarto de baño de San Leonardo

Ahora los chicos no tienen que ir a buscar agua a la fuente con los botijos como hicieron toda la vida, ni tampoco las mozas y las mujeres con los cántaros apoyados en la cadera o con los calderos con el cuadro de madera que les ayudaba a llevarlos sin salpicarse las piernas.

Tampoco los mozos tienen que ir a dar agua a la yunta al pilón, entre otras razones porque el pilón ya no tiene agua, ni tampoco quedan yuntas de labor en ninguna casa.

La dueña del hotel Manrique de Lara de San Leonardo me contó este verano que cuando el General Yagüe hizo las primeras casas modernas allí la gente se extrañaba de que cada una tuviese un cuarto de aseo, y les chocaba que pusiese duchas y bañeras siendo que casi ninguno se lavaba tanto a diario, y más que nada los bidés, que no entendían qué era lo que había que lavarse en aquello.

en las casas que tenían animales, que por entonces en San Leonardo eran muchas, pensaban que los bidés eran para que pudieran beber las gallinas porque se les daba un aire a las pilas de piedra que les ponían antes en los portales para que bebieran, y cuentan que alguno puso la bañera más alta encima de unos adobes para que valiera de pesebrera para los machos.

Una de las cosas que más les preocupaba era que pudiera entrar humedad en las casas por las tuberías, y el que más y el que menos tardó meses hasta dejar de ir a la cuadra a hacer sus necesidades por el aquel de no mancharlo todo cono bonito que se lo habían puesto.

La traída de agua y la red de alcantarillado modernizó mucho todos los pueblos años más tarde, pero cuando el General Yagüe la empezó a poner en San Leonardo no había tanta costumbre y era normal que se extrañaran de cosas que sólo se conocían en las capitales.

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