A Fermín Aguilera, representante honorable de los músicos de Fuentearmegil, con motivo de su irreemplazabl e pérdida.

El día 12 de abril del año 2021, nos ha dejado después de su recorrido fructífero y modélico por la tierra, Fermín Aguilera Antón, fuentearmegileño de pro, y con él se ha ido el último representante de la larga estirpe de músicos que en nuestro pueblo ha habido.

En este caso, la pasión hacia la música arraigó en él como un don natural durante la prestación del Servicio Militar, que le surgió de forma espontánea, arraigó, se robusteció y llegó a consolidarse en él hasta convertirse en parte esencial del grupo de músicos tradicionales del pueblo.

Ante la oposición frontal de su padre, el abuelo Bene, que opinaba que «los bailes y las setas, pocas buenas«, el primer acordeón lo compró con el dinero conseguido trabajando un verano en la recogida de la cosecha por cuenta ajena, y a base de ensayo y error, siempre de oído y sin nadie que le enseñara, repitiendo una y otra vez las canciones que ponían en la radio, las que oía a un músico de Matanza y sobre todo a Los músicos de Alcubilla y Santa María de las Hoyas, fue preparando un repertorio básico de pasodoble, vals, fox y fox lento que llamaban «arroz pegado», tangos y boleros, sin faltar la rueda y la Jota.

En nuestros pueblos había muchos tamborileros y gaiteros, pero el acordeón abría nuevas posibilidades para la música más reciente, y junto con Andrés Cabrerizo a la batería, que había estado estudiando música en San Leonardo de Yagüe y tocaba también la dulzaina, comenzaron a hacer bolos primero en el pueblo, después en los más cercanos y poco a poco fueron extendiendo su radio de acción a toda la Provincia de Soria y parte de Burgos. Al principio se desplazaban andando, después en bici o en moto, cargando con los trastos al hombro… A los sitios más lejanos iban en autobús desde El Burgo o San Leonardo, o venían de los pueblos donde tenían que ir a tocar a buscarlos a casa.

En tantos años de experiencias como músicos, recorriendo multitud de pueblos, Su vida estaba llena de anécdotas sucedidas cuando iban a tocar a las fiestas. Un año en un pueblo serrano cerca de la provincia de Guadalajara, como no acudía nadie a la Iglesia, hubo que ayudar al Señor Cura a tocar las campanas y a vestir al Santo. Un rato más tarde, ya en plena procesión, sonó el teléfono público que acababan de poner en el pueblo, y todos los acompañantes salieron de estampida a ver quién llamaba, dejando el Pendón, el Estandarte y el Santo en el suelo, y hubo que esperar a que volvieran todos para terminar la procesión.

De este modo, estuvieron tocando hasta que la edad y la enfermedad se lo permitieron al uno y al otro. Pero adelantándose a la necesidad de ir preparando el relevo, bastantes años antes fueron incorporándose los encargados de conservar viva la tradición de los músicos del pueblo, entre los que se encuentra el hijo de Fermín, Juan Aguilera, que recibió directamente de él la encomienda de continuar haciendo realidad la afición de su padre, junto con Iván y Vicente.

Hoy en día, aunque las técnicas modernas de reproducción de la música han ido influyendo negativamente, todavía quedan partidarios de la costumbre de disfrutar del baile en las fiestas de los pueblos tocando en directo. Las nuevas generaciones de nuestros músicos, buenos herederos del Andrés y el Fermín, del Justino, del tio Gato y de tantos otros como les han precedido, continúan manteniendo pujante la afición a la música que siempre dio prestigio y fama a los cuatro pueblos del Coto redondo de Fuentearmegil.

Nuestro mayor respeto y consideración a Fermín Aguilera Antón, representante honorable y muy leal de los músicos de Fuentearmegil, que nos ha dejado el pasado día 12 de abril después de 88 años de una vida fructífera e ilusionante. Fermín, desde la serenidad de perspectiva contemplando tu historia de vida, hiciste una labor importante en el mantenimiento de nuestras tradiciones, y dejaste encendida con llama viva la antorcha Que, a pesar de tu ausencia irreemplazable, nos seguirá iluminando en tu memoria. Que sea por mucho tiempo.

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