Celebración de la Semana Santa en nuestros pueblos.

Una primavera más, los cuatro pueblos del Coto Redondo han celebrado los actos de la Semana Santa siguiendo los usos y costumbres tradicionales, fieles a los ritos milenarios que vinieron reproduciendo a lo largo de los siglos nuestros antepasados.

Hasta hace cincuenta o sesenta años había dos párrocos, que residían en Fuencaliente y Fuentearmegil, y en ellos se celebraban más actos litúrgicos que en Santervás y Zayuelas. Hoy en día el Párroco reside en San Esteban de Gormaz, y algunos actos los celebra un acólito.

Antes del Concilio Vaticano Segundo, en Santervás, el Jueves Santo por la tarde se hacía la adoración al Monumento y la Cruz, con Siete Padrenuestros y Avemarías, y por la noche, el rezo del rosario. El Viernes Santo por la tarde, adoración al Monumento del Cristo crucificado, con las mismas oraciones que las del jueves. Por la tarde noche, rezo del Santo Rosario y Viacrucis con canciones en las 14 estaciones.

Durante esos días no se podían tocar las campanas, y los chicos tocaban las carracas.

el sábado el Sacristán volteaba las campanas para tocar Gloria, en señal de que la Semana Santa llegaba a su fin.

Y llegamos al Domingo de Pascua de Resurrección. Don Boni alternaba las misas de domingos con Santervás y Zayuelas, por lo que unos años la celebraba en un pueblo y otros años en el otro.

Para celebrar el Día de La Pascua en Santervás, las campanas volteaban tocando a misa muy temprano.

Una vez que estaba llena la iglesia, se iniciaba la procesión. El primero, el Pendón. Después, el Estandarte. Le seguía la Cruz Parroquial, a ambos lados los dos monaguillos con los Ciriales. Los hombres y mozos salían primero, yendo por distinta calle que las mujeres y las mozas, que llevaban a la Virgen y al Niño cubiertos con un manto, hasta juntarse las dos procesiones en la plaza. Allí se hacía el encuentro del mismo modo que se sigue haciendo hoy. El portador de la Cruz se acerca a la Virgen, y la Cruz da dos besos a la Virgen. Después se subasta. Por si algún devoto da una limosna por quitar el manto a la Virgen. Lo mismo se hace para poner las coronas a la Virgen y al Niño.

Después con todos, se inicia la procesión de regreso a la iglesia. La Virgen era llevada por las mozas, llevando una rosca que habían hecho, mejor dicho sus madres. Se vendían unas papeletas escritas para la rifa de la tarde, que era cuando se hacía el sorteo. Este tenía el mismo formato que el sorteo de Navidad, con dedicatorias con los nombres de las personas. Por ejemplo: De Jonás para Feli, otro de Juani para su hermano Jonás. Seguían las dedicatorias hasta que saliera la palabra ROSCA.

Vuelvo a la iglesia. Una vez colocada con las Andas en lugar preferente, el sacerdote se dirigía a la sacristía para quitarse los ornamentos de la blanca capa, y para ponerse la casulla también blanca. Estando el párroco en la sacristía, las mozas le cantaban esta canción:

«salga señor Cura,
salga de la sacristía,
para decirnos una misa
que así lo requiere el día».

Se cantaba la Misa de Ángeles. Había mas canciones, pero no las recuerdo. Como os he dicho, antes, por la tarde se hacía el sorteo. Eso si, para recoger el premio había que llevar la papeleta con la misma dedicatoria, y si no se presentaba se volvía a sortear.

Ahora os voy hablar de las Confesiones y los justificantes. Estas se hacían antes de la Semana Santa. A Santervás iba Don Boni, y el Cura de Berzosa o el de Fuencaliente. Algunos años venía un fraile de los carmelitas del Burgo. Los hombres se confesaban con el cura de fuera, también alguna mujer. Estas ceremonias se hacían entre semana. Ahora bien, los que no se habían confesado y comulgado en estos días, lo hacían en los Carmelitas del Burgo, e incluso en Aranda de Duero, en el convento de los Padres del Corazón de María, cuando iban al mercado o a la feria de ganados, denominada Feria de San José. En ambos casos los frailes les daban un justificante, que decía así: «El Sr. Fulano de tal y tal a confesado y comulgado para cumplir con Pascua, en la iglesia de los Padres Carmelitas o del Corazón de María. El citado justificante se le entregaba al señor cura.

Yo ahora hago una reflexión. Ni lo de antes ni algunas cosas de ahora.

Que hayáis tenido y pasado, una buena feliz piadosa y alegre Semana Santa. Aleluya. Aleluya.

2 comentarios

  1. Como me gusta esta lectura, volver a recordar la Semana Santa de mi niñez, yo también tocaba la carraca o la matraca para anunciar la misa. Gracias Eutiquio y también a la enciclopedia andante del Coto Redondo y que tiene un nombre : MARIANO CARRO, nacido en Santervas.

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