Cuando se mueran nuestros pueblos, que no sea por la codicia de unos pocos.

El progreso que experimentaron nuestros pueblos en los años sesenta se hizo fomentando la modernidad de la agricultura, pero de espaldas a la ganadería extensiva que siempre representó un complemento importante en muchas familias. A partir de entonces los rebaños fueron a menos y los labradores emprendieron la mecanización agraria y la producción de mayores excedentes que permitieron vivir con ciertas comodidades a algunos y forzaron a otros a emprender el camino de la diáspora.

Fueron muchos los vecinos que se vieron obligados a cerrar sus casas abandonando la llave en el suelo de los zaguanes. Se vendieron los rebaños por la escasez de pastos debido a los roturos generalizados. Los pueblos acabaron quedándose sin jóvenes, sin hijos pequeños, sin escuela, sin médicos.

Las casas terminaron desmoronándose con los aguaceros de los inviernos, o tuvieron que demolerse para evitar el peligro de su hundimiento. Las calles dejaron de ser lugares bulliciosos de juegos, y las viviendas ocupadas en otros tiempos se convirtieron en vacíos clamorosos.

– Si queréis ser ricos, nosotros sabemos el modo de haceros ricos si nos hacéis muy ricos a nosotros.

La llamada de la ambición despertó todas las ansias. Les prometieron que serían los más ricos del pueblo a cambio de muy poco. No importaban los riesgos de los muchos daños que pudieran hacer a otros, ni todas las consecuencias catastróficas para todos.

Las conversaciones entre la serpiente y los que fueron tentados a morder el sueño de rozar el cielo del dinero fácil con los dedos, tendría la apariencia de la legalidad más escrupulosa y evitarían que su estrategia fuera conocida por todos los otros.

-Si llegan a saberlo, os dirán que se pudrirán sus pulmones a causa de los gases venenosos respirados, que se convertirán en muladares las tierras de cultivo que trabajaron sus padres, que se contaminarán las aguas de los manantiales y que no podrán beber de lo que saldrá por los grifos por los nitratos. Cerrad vuestros oídos a todas sus quejas. Negad todo lo que os digan que vaya en contra de nuestro proyecto. Seréis los más ricos de todos ellos con la condición de que nos hagáis mucho más ricos a nosotros.

Cuando se mueran nuestros pueblos, que no sea por la codicia de unos pocos de los nuestros.

Las telecomunicaciones nunca han llegado con la eficacia necesaria para animar a fijar población con la ayuda del teleempleo. Los transportes públicos siguen lejos de la calidad ofrecida a otros ciudadanos que pagan los mismos impuestos. Los servicios educativos, sanitarios y culturales son precarios claramente.

Cuando se mueran nuestros pueblos, que no sea por la codicia de unos pocos de los nuestros, abriendo las puertas a los forasteros que llegan con la intención de acumular riquezas millonarias provocando el punto de no retorno de la vida en los municipios pequeños.

No podemos volver a equivocarnos. Existen, ciertamente, fórmulas que acen posible impulsar un modo de vida acorde con los tiempos modernos viviendo donde vivieron nuestros antepasados sin poner en peligro el futuro con proyectos suicidas contra el equilibrio de nuestro entorno. Todavía estamos a tiempo.

Un comentario

  1. EL ENEMIGO N° 1 DEL PLANETA LLAMADO TIERRA
    ES EL SER HUMANO
    UNO DE LOS RESULTADOS
    ES EL CAMBIO CLIMATICO
    PAN PARA HOY
    HAMBRE PARA MAÑANA

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