En la hoja Nº 348 del mapa geológico de España, del Instituto Geológico y Minero, que corresponde a una amplia zona, se encuentra el área del Coto Redondo, Fuentearmegil y alrededores. Todas tienen unas características semejantes en la formación y composición del subsuelo.
Según dice en el documento explicativo, hay muy poco escrito y específicamente estudiado de esta zona, pero al ser semejante su formación y composición con otras próximas, estudiadas con mas detalle, como Cabrejas del Pinar, se aplica lo estudiado en ellas. Para un no profesional del tema, como es mi caso, resulta complicado el entenderlo y mucho más resumir lo expuesto en la memoria explicativa correspondiente que realizaron los ingenieros de minas Aránzazu, Palacios y Sánchez Lozano.
Dice que este área, presenta una topografía accidentada, es decir el relieve del terreno, una estratigrafía variada, en las características y disposición de las rocas y una tectónica con plegamientos movimientos y deformaciones producidos a lo largo del tiempo muy variados.
Se trata de las estribaciones más meridionales de la Cordillera Ibérica.
Trataré de exponer con lenguaje comprensible para todos, algunas observaciones sobre esta cuestión.
El tipo de suelo y sobretodo el subsuelo de esta tierra es de tipo calcáreo, roca de tipo caliza, es decir kárstico. Esta característica se puede apreciar a simple vista en la zona conocida por todos del Cañón del Río Lobos, la Sierra de Nafría o la de Santa María de las Hoyas, La Torca de Fuencaliente, La Cantera, etc.
Son tierras, con riscos y aspereza del terreno en las que crecen una vegetación pobre como aliagas, tomillo, espliego, estepa, zarzas y arbolado tipo arbusto como el enebro y la javina. Alternan con estas elevaciones numerosos valles donde predominan el arbolado de álamos y chopos, zonas llanas en las ricas vegas que forman los ríos donde se sembraban alubias, lentejas, patatas. Próximas a los numerosos pueblos había huertas próximas junto a los ríos. Entre los cultivos agrícolas de secano, los cultivos predominantes han sido tradicionalmente trigo, cebada, avena y en menor medida centeno.
Antiguamente existían zonas de robledales y encinas, que la sobreexplotación y uso como combustible, en la construcción de viviendas y dedicación a explotaciones agrícolas ha hecho que prácticamente estén desaparecidos.
La ganadería, principalmente de ganado lanar, ha sido importante en esta zona y base de su economía, para este fin había zonas comunes de pastos y montes.
Es hacia el norte y noroeste donde se asienta otro tipo de vegetación como son las grandes y extensas zonas de los frondosos pinares sorianos
Toda la red hidrográfica de la zona forma parte de la cuenca del Duero. Son numerosos los ríos, arroyos, regatos, torrentes y manantiales que riegan la comarca, aportando sus aguas al Duero. Ríos como el Ucero, Lobos, procedente de Hontoria del Pinar que riega una extensa vega, Navaleno, Chico procedente de Talveila, Avión, que nace en el manantial de la Fuentona de Muriel, Sequillo, río Madre de Rejas, Río Cejos de Santervás, río Perales de Fuencaliente al que se une. Manantiales y fuentes, como los conocidos ,el caudaloso y muy importante de Ucero, La balsa y el termal de la ermita de Fuencaliente.
Según dicen en el estudio, la zona más abundante de aguas subterráneas y por lo tanto de acuíferos es la que se encuentra en la zona de Muriel, Ucero y nuestros pueblos, de ahí la importancia de estos acuíferos y la trascendencia del buen estado de las aguas, por su vertido al río Duero. Las aguas del rio Perales se unen con el Arandilla y desembocan en el Duero en Aranda de Duero.
Toda esta hidrografía forma el acuífero llamado de Aranda de Duero, entiendo que es por ser el lugar donde confluyen las aguas en el río Duero.
Este subsuelo calcáreo, formado por rocas calizas, como consecuencia de la filtración de las aguas y la disolución de la roca , da lugar a galerías subterráneas, cuevas , grutas, simas, torcas, en definitiva a diversos tipos de cavidades y oquedades, algunas visibles y la mayoría de las veces, ocultas y desconocidas. Estas cavidades se han formado, principalmente en los lugares en los que se ha producido una mayor filtración de aguas o donde en la profundidad se hayan formado pequeños ríos o acumulaciones de agua subterránea.
El subsuelo de las zonas calcáreas es como un queso gruyere con agujeros interconectados a diferentes alturas y niveles. Forman acuíferos discontinuos.
Lo anterior determina que las aguas se filtran de unas capas a otras, puede haber corrientes de agua que aparecen a mucha distancia de donde se produce la filtración, acumulación en forma de balsas, ríos subterráneos, grutas, etc.
De este tipo son los acuíferos de las zonas calcáreas, que es el caso del terreno del Coto Redondo de Fuentearmegil. Los acuíferos no son continuos, como pueden ocurrir en otros acuíferos cuyo subsuelo sea arenoso o arcilloso, este es el caso de los de La Mancha.
En las zonas de los valles y vegas, las tierras superficiales tienen otra consistencia como consecuencia de los aportes de materiales producido por ríos, barrancos, materia orgánica y la sedimentación de materiales como consecuencia de la erosión de las zonas más elevadas, si bien el subsuelo tiene las mismas características descritas anteriormente, es decir rocas de tipo calcáreo, calizo o kárstico.
El agua, cuanto más acidificado está más disuelve la roca caliza y los diversos minerales, el nivel de estos es lo que determina la llamada dureza de las aguas.
Los nitratos, amoniacos y pesticidas, si son continuos, desproporcionados o esparcidos a destiempo, con la filtración de las aguas de lluvia o de manantiales y ríos, pueden producir contaminación de las aguas superficiales y lo que es más grave, los acuíferos.
Un acuífero gravemente contaminado tarda muchísimos años en volver a tener unas características semejantes a las anteriores.
Esta información viene al caso por la proliferación de macrogranjas que se está produciendo en la llamada España vaciada o despoblada, como ocurre en diversos pueblos de muchas provincias.
La extracción de las grandes cantidades de agua que se necesitan para el cuidado de los animales, 10 litros por animal y día, mas lo necesario para la limpieza y otros servicios, suponen un riesgo para los acuíferos y aguas superficiales en un momento en que las precipitaciones son escasas.
A esto se añade otro factor, como es la contaminación ambiental y de los acuíferos, consecuencia de los purines producidos que se esparcen de forma masiva e incontrolada. Se puede contaminar un extenso acuífero por las filtraciones que se producen, con repercusiones a mucha distancia de donde se ha causado la contaminación.
Esto es lo que está ocurriendo en una buena parte del territorio en donde hay poca población en la que se han instalado macrogranjas, que beneficiando a unos pocos, el perjuicio colectivo es enorme e irreparable.
Aunque la legislación lo autorice y sea todo muy legal , ya que los proyectos que lo amparan son acordes a la legislación en este momento, las prácticas de funcionamiento y salvaguardas que exponen en los proyectos y tratamiento de toda clase de residuos para que no se produzca contaminación, aunque se cumplieran escrupulosamente, que no es el caso, nunca llegan cubrir los efectos nocivos que producen, cuanto más que no se cumplen. La inspección, vigilancia y control por parte de los organismos públicos no es suficientemente estricta, por razones varias o falta de medios y de personal.
Si se producen deficiencias que se detectan es fácil cubrir el expediente con el pago de una multa, pero el enorme daño causado no lo soluciona una multa.
Es mi intención que este artículo sirva para conocer un poco más el entorno de nuestros pueblos y aportar una reflexión más en este momento en el que se está discutiendo la conveniencia o no de las macrogranjas y los beneficios o perjuicios que ocasionan, y en concreto el proyecto de construcción de una macrogranja en el término de Fuentearmegil.